Los Retos de la transformación digital
¿Quién no ha escuchado sobre transformación digital, empresas 4.0 o algún término más o menos relacionado? Creo que, por lo menos de los que nos movemos en el mundo de la tecnología, todos lo hemos escuchado o por lo menos hemos leído al respecto.
En todo foro escuchamos de las grandes oportunidades que puede haber a la luz del tremendamente acelerado devenir de tantas y tantas tendencias tecnológicas (IoT, Cloud, Machine Learning, Inteligencia Artificial, Big Data, y muchas otras) y también nos mencionan a esas grandes innovaciones que han transformado o están transformando nuestra manera de vivir, aprender, divertirnos y relacionarnos. Nos hablan de Uber, de Facebook, de Amazon, Waze y de otras grandes empresas que han diseñado y hecho realidad grandes ideas disruptivas.
También nos hablan de sus fundadores y de cómo son grandes visionarios, y si que lo son, y nos promueven la idea de que todos podemos ser los nuevos Jobs, Levines, Bezos, Zuckerbergs, si nos atrevemos a hacer cosas como las que ellos han hecho.
Ciertamente creo y estoy convencido y soy apasionado, de buscar cómo la tecnología puede ayudar a hacer cosas mejores y diferentes. Cómo puede ayudar a transformar modelos de negocios y cómo puede ser catalizador de nuevas opciones. Sin embargo, soy realista y reconozco que los grandes nombres de la historia moderna de la tecnología son como «garbanzos de a libra».
Pero por otro lado, creo y estoy convencido que si bien no todos tendremos lo necesario para traer al mundo grandes innovaciones para transformar vidas, sí podemos proponer y hacer innovaciones sustanciales para cambiar algo en nuestro entorno. ¿Cómo? pues atreviéndonos a sobrepasar obstáculos o retos:
Reto 1. Que lo que pretendamos cambiar, inventar o transformar, sea útil y valioso para el pretendido cliente. Un error que veo con relativa frecuencia es que pensamos que algo va a ser valioso para los demás porque para nosotros es importante. No siempre es así, o casi nunca es así, pues nuestro contexto es solo una pequeñísima, casi insignificante, muestra de lo que todos los demás, con toda la diversidad socio-cultural, socio-económica, socio-política, multigeneracional. piensan, sienten o necesitan. Por lo tanto piensa en el potencial cliente, antes que nada y después de todo.
Reto 2. Si no eres tú, encuentra un experto orquestador. Las grandes ideas se materializan mediante la orquestación de muchos elementos, jugadores y situaciones. Uber, por ejemplo, ha sabido orquestar un gran desarrollo tecnológico (la App) con servicios de geolocalización, con desempleados con necesidad de trabajar, con dueños de autos que pueden ponerlo a disposición, con autoridades gubernamentales, con personas que quieren un servicio con mayor seguridad, con familiares que quieren saber como están sus hijos cuando viajan, con jóvenes que quieren compartir el gasto de transporte, etc. No solo se trata de la APP sino de una orquestación magistral de muchos intereses. Identifica la mayor cantidad de elementos que necesitan orquestarse para que tu idea sea valiosa y trae a bordo a los «músicos expertos» necesarios.
Reto 3. Si no los tienes, busca todos los recursos necesarios. No solo se trata de dinero. Se trata de tiempo, de personas expertas, de dinero también. No se trata de comenzar. Ese es el primer paso, a veces muy difícil, pero eso es solo eso, el comienzo. Si seguimos hablando de Uber solo como ejemplo, se fundó en Marzo del 2009 y su primer intento comercial salió en Junio del 2010. Sin embargo, sus fundadores tuvieron experiencias empresariales y de emprendimiento desde principios de la década de los 2000. No es generación espontánea, es un proceso largo de prueba, error, aprendizaje, frustración, gasto, riesgo. Si no estás consciente de que eso es así, probablemente estarás tirando a la basura tiempo, dinero y esfuerzo cuando comienzas algo que puede ser grande o muy importante.
Reto 4. El equipo de trabajo es muy relevante y debe aprender a hablar lenguaje común. Nadie sabe todo. En una escena trascendente de la película de la historia de Steve Jobs, su entrañable compañero y amigo Steve Wozniak, le reclama a Jobs porque le dice que él no hace mas que mandar y que el cerebro detrás del proyecto es él y otros genios desarrolladores. La respuesta de Jobs me parece superior. Steve, yo soy el director de orquesta. Por eso te necesito ahí sentado justo donde estás y necesito a todo el equipo haciendo lo que cada quien hace mejor. Creo que no puede ser de otra manera. Las grandes ideas son enemigas del natural egoísmo humano. Se requiere de colaboración, conocimiento y experiencia colectiva. El miedo a que te roben tu idea es enemigo de la transformación. Necesitas el equipo correcto, en el momento correcto y con la protección y confianza correcta.
Hay muchos otros retos que hay que ir enfrentando en el proceso creativo de hacer una idea realidad…pero por lo pronto creo que si tienes una gran idea, reflexionar sobre cómo estas atacando estos primeros grandes retos es un buen comienzo… continuará.
Artículo escrito por Eduardo Santín Hernández / CFO en Quanti Solutions
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